Para los amantes de las piezas singulares los mercadillos callejeros son nuestro ABC, pero si te estás iniciando en este mundo, en Sebastian Suite te ayudaremos a descubrir aquellos en los que podrás encontrar tu próximo tesoro. ¡Empecemos nuestro viaje!
¡Convierte estos mercadillos en tu tienda de decoración de cabecera!
FERIA DA LADRA
Es la ciudad de moda y si no habéis ido ya, seguro que estáis pensando que ya es momento de visitar la maravillosa Lisboa. Una ciudad a la que desde la tienda de decoración online Sebastian Suite quisimos hacerle un homenaje en nuestra colección ‘Recuerdos de Lisboa’.
Fue precisamente en uno de esos viajes en busca de inspiración, en el que no pude dejar de acudir a la ‘Feria da Ladra’. En castellano, algo así como ‘mercadillo de la ladrona’, llamado así porque en su origen, que data ni más ni menos que de la Edad Media, se vendían principalmente objetos robados.
A lo largo de sus muchos siglos de historia ha ido cambiando de ubicación y actualmente podemos encontrarlo en el Campo de Santa Clara. Para poder visitarlo la mejor opción es aprovechar la ruta del tranvía 28E (dirección Martim Moniz) y bajarse en la parada Voz Operário. Este tranvía circular es la mejor manera de ver las zonas más características de Lisboa, recorriendo los distritos de Graça, Alfama, Baixa y Estrela.Pero permitidme un consejo, al ser un tranvía muy utilizado por turistas cuenta con mucha afluencia, lo mejor es cogerlo en las cabeceras, Campo Ourique (Prazeres) o Martim Moniz.
Una vez hayas llegado, podrás encontrar desde antigüedades maravillosas a la artesanía típica portuguesa que siempre nos enamora, artesanía de nueva factura, azulejos cerámicos que siempre podrás reutilizar en tu hogar creando magníficas composiciones, y muchos objetos curiosos. ¡No podrás resistirte a llevarte algo a casa!
Una de las ventajas de este mercado es que por suerte, y a diferencia de lo que ocurre en España, Portugal mantiene mucho patrimonio propio del que no se ha deshecho. Aunque se hayan renovado muchas viviendas, éstas no se han desprendido de muchos de sus objetos cotidianos, o de decoración para el hogar, y gracias a eso siempre encontramos pequeñas joyas en los mercadillos, haciendo las delicias de los cazatesoros como nosotros.
Y una vez hayas terminado de regatear y de llevarte ese objeto especial, no dejes de visitar el Jardim Botto Machado, ¡toda una joya en la que relajarse después de un duro día de compras!
¡Descubre Lisboa recorriendo la ruta del tranvía 28!
MARCHÉ AUX PUCES
Es el mercadillo callejero por excelencia, el más antiguo de París y el más grande de este tipo. Al igual que la ‘Feira da Ladra’, su nombre hace alusión a su origen no muy elegante. Significa ‘mercado de las pulgas’ porque se decía que los objetos que se vendían estaban tan deteriorados que seguro que estaban llenos de pulgas. Por suerte, hoy en día, de las pulgas sólo queda el nombre.
El ‘Marché aux puces’ se encuentra en la Rue des Rosiers, a las afueras de París, puede que esté algo lejos pero merece la pena. Podréis llegar fácilmente en la línea 85 de autobús que llega hasta el dentro de la ciudad. En dirección Saint-Ouen-Les Docks, la parada, con el mismo nombre que el mercado, no tiene pérdida.
Una vez te sitúes en el mercado, prepárate para pasar las próximas horas paseando en un nuevo mundo. En sus 3.000 puestos podrás encontrar verdaderos tesoros y obras de arte: antigüedades de todas las épocas, maravillosas piezas de porcelana, mobiliario, molduras antiguas, espejos impresionantes, cojines, lámparas, ilustraciones… ¡será imposible que te vayas de vacío! Pero recuerda, los puestos más interesantes de antigüedades están en el interior del mercado, como consejo, lo mejor es empezar por ahí.
Pequeños tesoros perdidos en el tiempo que te están esperando
YA TENGO MI ANSIADO TESORO, ¿Y AHORA QUÉ HAGO?
Cuando ya has llegado a casa, después de un largo viaje, con ese objeto tan maravilloso llega el momento de sacarle partido. En primer lugar deberíamos ante qué tipo de objeto nos encontramos. Existen objetos antiguos que nos pueden parecer singulares y lo que son verdaderas antigüedades. Los primeros suelen ser piezas más comunes y recientes, que no requieren un tratamiento más allá de una limpieza sencilla, y si queremos transformarlos, no necesitamos andarnos con muchos miramientos. Pero las antigüedades son otro cantar.
¡No hay nada como darle una nueva vida a una pieza especial!
En estos casos tenemos que tener en cuenta que estas piezas pueden tener patologías que desconocemos sobre todo al no saber dónde han estado ni cómo se han fabricado. Con un mal tratamiento o aplicando materiales demasiado agresivos, sólo conseguiríamos agravarlas y acabaríamos por deteriorarlo o destruirlo. Por eso es muy importante, ponerse en manos de un profesional.
El oficio de la restauración es toda una ciencia que requiere años de experiencia y amplios conocimientos en materiales, historia, etc. Si queremos honrar nuestra pieza debemos darle el trato que merece. ¡Y es que nadie nace aprendido! Así que no lo dudes, acude a un restaurador profesional y, ¡juntos podréis darle una nueva vida!